Daniel Botero, cofundador & CEO, nos cuenta que, “lo primero que uno tiene que tener en cuenta es que puedas complementarte con tus cofundadores”.
Daniel Botero, cofundador & CEO de Lizit app, un Marketplace/SaaS que digitaliza y centraliza los negocios de alquiler de bienes y servicios bajo una plataforma, pasó por los micrófonos de Hack Tu Startup y nos contó su historia.
Daniel es uno de los tres cofundadores de Lizit. Él es administrador de empresas y antes de dar el salto al mundo del emprendimiento trabajaba en el mundo “oscuro corporativo” como le dice él a la consultoría estratégica enfocado a las instituciones financieras.
De ahí nació su amor por las startups, porque según él estaba asesorando al malo de la película y no estaba yendo con la innovación.
Lizit nace en una de las muchas cuarentenas en 2021, luego de que Jaime Andrés Gaez (uno de sus socios) le pidió alquilado un PlayStation. Luego de esto surge la idea luego de investigar el mercado sobre los alquileres.
Montaron un marketplace de alquileres, hicieron validaciones sin dinero y no renunciaron a sus trabajos hasta no estar seguros de que Lizit tenía potencial. Crearon un grupo de WhatsApp con sus contactos (el plomero, el taxista, el amigo del colegio), llegaron a 240 transacciones con el grupo.
Con Daniel tuvimos la oportunidad de preguntarle sobre varios temas, te compartimos algunos de sus consejos.
“Lo primero fue probar el mercado, lo segundo fue ver si la solución que teníamos podía hacerse mediante tecnología”, mencionó el emprendedor.
“Fue un tema de ver cómo la tecnología podría potenciar nuestra idea de negocio. Cuando nos dimos cuenta de todas las aristas que tenía nuestro negocio y que la tecnología nos podría ayudar a catapultarlas, ahí dijimos esto es una startup”.
“Nosotros lo que hicimos fue hablar con otros fundadores conocidos y les contamos sobre nuestra idea y su respuesta fue que debíamos probar y que no gastáramos el dinero sin antes ver la reacción de la gente”.
Con Lizit lo que hicieron fue probar con una cifra o una métrica que les dijera que sí funcionaba lo que estaban haciendo. En el caso de ellos fueron el número de transacciones, no les importaba la rentabilidad, sólo querían saber si el negocio se podía mover solo.
Se demoraron 2 meses en la validación y ninguno de ellos estaba dedicado a full en el negocio, entonces tardaron más.
“Uno de los consejos es realmente pensar cuáles son las metas que tienen con esa validación, porque para nosotros las metas era que si esto funcionaba nosotros renunciamos a nuestros trabajos. ¿Qué quiero conseguir con este proceso de probar mi startup? Y ser muy organizado en cómo lo voy a validar, para nosotros era fácil medir con WhatsApp, pero hay negocios que no se pueden medir tan fácil”, comentó Daniel.
Si quieres conocer más sobre la historia de Lizit, te invitamos a escuchar el episodio completo.